CIMA EN GOKYO RI 10-10-2011

Hoy he tenido la suerte de escribir la crónica del día más emocionante de lo que llevamos de treking. Como bien escribía ayer Idoya, nos levantamos a las tres y media de la mañana, nuestra intención es ascender el GOKYO RI (5380mts). No sabíamos si partiríamos todos o no, pero la ilusión ha podido más que el mal de altura, el cansancio o el sueño. Nos ponemos en marcha después de tomar un té con alguna galleta; recordarme que no tome más té en mi vida!, tomamos tres o cuatro al día.

Esta oscuro todavía, y con nuestras frontales iluminamos el serpenteante camino; si hubiera estado de día, más de uno nos hubiéramos quedado a mitad de camino. Vamos subiendo poco a poco, va amaneciendo, se distinguen las siluetas recortadas de siete miles y ocho miles que nos acompañan continuamente. Ascendiendo vamos notando la falta de oxígeno, las paradas son cada vez más numerosas, amanece, el espectáculo a nuestro alrededor es impresionante. Después de dos horas y media, hacemos cima y la alegría nos embarga, para la mayoría del equipo es nuestra cuota superior, nos sentimos satisfechos del logro conseguido, sentimos orgullo de equipo y los más habituados se alegran por nosotros, los abrazos en la cima son constantes. Idoya no para de besar, yo creo que también besa a un grupo de franceses (es broma). El descenso es rápido y nos espera un desayuno y vuelta andar camino hacia PANHA (4700mts); cruzamos un glaciar de piedras y rocas y después de dos horas llegamos al pueblo, por decir algo, el logh es de los mejores que hemos estado, esta frente al río y con unas vistas maravillosas, para comer hemos hecho honor a la tierra y no hemos metido en el cuerpo huevos con jamón, le hemos sacado chispas!. La tarde la pasamos descansando, leyendo y algunos escalando.

A la noche toca dormir, mañana a las cuatro arriba. Gracias a todos los seguidores de este blogg, los mensajes nos animan a seguir, así que seguiremos, aún nos falta.

PD: aupa a los damas rosas!, esta gente se parte con el nombre. Saludos a mi familia, a Anabel, Iñigo y Xabier, os tengo siempre en la mente. Iñaki Urrutia